Sostenes

Quitarse el sujetador es el acto más placentero que una mujer puede hacer al llegar a casa. Supone una liberación absoluta. Salir a la calle sin él es como pasear sobre la orilla en un soleado día de primavera con los pies descalzos jugueteando con el mar. Siempre he dicho que los sujetadores son un invento de los hombres. No lo sé realmente, pero en mi cabeza no cabe que lo inventara ninguna mujer. Una persona que conocí llamó a su obra Sostenes a modo de impostada reivindicación del papel femenino como soporte. Siempre me pareció que fue uno de esos aprovechados que se arriman al movimiento feminista para parecer moderno. Los sostenes no son símbolo del poder femenino, todo lo contrario, representan la sumisión impuesta a un canon extranatural doble correspondiente a la dimensión social y a la física. Que sea el fin.