Atraída por las novelas de Paul Auster y sobre todo por el premio Princesa de Asturias 2019 otorgado a su mujer Siri Hustvedt, he leído su gran novela What I loved, o en castellano, Todo cuanto amé.
Sin entrar a hacer una reseña del libro sino más bien un comentario, diría que es novela narrada en primera persona por un hombre, ¿quizás la versión masculina de Paul Auster según su mujer?, al que le rodean varias mujeres a lo largo de su vida.
La novela está impecablemente escrita y seguro que, revisada por el propio Auster, trata temas de los años 80 que quizá hoy día son de actualidad. Además, los protagonistas están rodeados de artistas, escritores, profesores y gente peculiar que los envuelve. Hay muerte, hay vida, hay relaciones contradictorias, pero sobre todo tiene ese aire calmado de Auster a la hora de escribir.
Lo importante de esta novela no son tanto las mujeres sino los hombres que hay en ella. Se podría decir que hay muchos tipos de mujeres y que todas saben salir adelante con sus vidas. Sin embargo, los hombres caen en un letargo infinito de inmadurez. He de aplaudir la narración de Siri Hustvedt, fácil de leer a pesar de sus 420 páginas, pero he de decir que quizás, algo autobiográfica la obra, no es para nada vitalista.
A veces pienso si las mujeres, que hemos conseguido ponernos en la piel de los hombres, no somos capaces de hablar de otra cosa que no sea amor por los maridos y amor por los hijos. Me hace preguntarme si Auster en realidad, escribiendo en prosa, le da tanta importancia al amor platónico. Hay muchos tipos de amor en esta novela, pero el amor a cuidar del prójimo es algo que queda en manos del hombre, y es algo que hay que alabarle a Siri Hustvedt.
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