
Era el día cincuenta y cinco de confinamiento y al día siguiente ya se había estipulado la salida por franjas de edad y horario en todo el país. Quedaba menos para la libertad que tanto ansiaban y se preguntaban de qué habría servido tanto tiempo aislados.
La familia estaba formada por un matrimonio de recién casados y su gato, que obviamente formaba parte de la misma. El gato siempre había sido el que más libertad había tenido antes del confinamiento y fue el primero en ver cómo la gatera de la puerta para entrar y salir de casa se precintaba hacía ya dos meses. El matrimonio dormitaba en el sofá del salón una siesta placentera mientras que el gato, tan sigiloso como siempre, y con sus pezuñas bien afiladas empujaba la puerta del baño hacia adentro, cuidadosamente se sentó sobre el inodoro, terminó sus necesidades y le dio a la manivela de la cisterna. El gorgoteo del agua despertó al matrimonio. Todos habían aprendido algo.
Imagen de 🎄Merry Christmas 🎄 en Pixabay