Fragmento

«Soy bella desde el mismo instante en el que miro al espejo mis pronunciadas curvas y no me avergüenzo.
Porque con ellas caliento la aurora. En mi regazo amplio duerme el horizonte. De mis pechos maduros se alimenta la savia.
Si, no me avergüenzo, porque con este cuerpo se han andado maravillosos campos, se han conocido hermosos lechos se han degustado inolvidables cenas se han probado las delicias del vino. Si, no me avergüenzo… Un poco madura, un poco maltrecha, un poco imperfecta, y más viva».
De mis pechos maduros