Fragmento
«Hay una primera mujer en mi vida. Somos muy diferentes, muy iguales también. Muy cercanas y muy lejanas. Ella es rubia y clara y yo morena y oscura; pero ambas compartimos la melodía de nuestra voz. Es mi espejo y mi punto de fuga. La raíz y la poda. El pasado y el futuro.
El amor presente.
Es humana, aunque su mirada es celestial. Y como humana, vive en el 2021, una época conquistada a la manera típica, por sorpresa y sin aviso, por un virus que ha conseguido ocultar parte de nuestro rostro, e impedir nuestros abrazos. Como humana y como mujer, busca la excelencia, en silencio, sin ruidos, sin reconocimientos. Y como humana y como mujer, olvida que la excelencia es un producto de un sistema inventado por el hombre que conduce al beneficio económico de unos pocos, aparejado al fin de las almas de muchas.
Recuerda, mujer: lo importante es lo de dentro. Las vidas que has llenado, las vidas que has creado, las vidas que alimentas. Lo importante no es numerar, cuantificar, externalizar. Lo importante es lo de dentro, sentir, transmitir, bendecir».
