Fragmento
«El timbre suena. Debe de ser Cooper, a juzgar por el tiempo que ha transcurrido desde nuestra conversación telefónica. Ivy se levanta como un resorte y se dirige a la puerta, pero, sin ni siquiera saber de dónde ha salido, Clark se le adelanta y abre la puerta. Ambos hombres se miran, desafiantes.
—Buenos días. Vengo a buscar a Payton. Me ha dicho que está aquí —dice Cooper.
—Buenos días. Sí, pasa —acepta con tono hostil.
—Hola, tú debes de ser Cooper, el amigo de Payton. Un placer conocerte, soy Ivy —interviene la muchacha con cordialidad.
Yo me he levantado y me he dirigido allí como he podido al oír el timbre. Estoy apostada en la puerta de la cocina, observando la situación, y tengo la sensación de presenciar una pelea de gallos».